A Falta de Lanzadores Pesados...






...buenas parecen ser las estructuras orbitales inflables. En esa línea de pensamiento se enfocan futuros proyectos de la NASA para estudiar la viabilidad de poner en órbirta estructuras con un mínimo de peso y un volumen máximo. El presupuesto asignado a la Agencia Espacial de los EUA no sólo impacta en los proyectos de los lanzadores, cancelando el Ares I y V, sino que también en la concepción de los módulos orbitales tripulados.

No es la primera vez que se utilizan globos satélitales (es eso lo que realmente son) como soluciones tecnológicas: el ECHO 1 fue uno de los primeros satélites de comunicaciones, y consistía en una estructura esférica inflable. El ECHO estaba recubierto por una superficie metálica que permitía reflejar las ondas de radio, era un satélite de comunicaciones pasivo, y si bien las pruebas resultaron exitosas, la tecnología de las comunicaciones satelitales evolucionó muy rápidamente hacia los sistemas activos.

 No hay experiencia en materia de estructuras inflables habitadas. El ECHO 1 fue un pionero de las comunicaciones, su puesta en órbita fue en 1960. Diseñar módulos orbitales para la ISS u otro tipo de estación orbital demandará más tecnología y desarrollo.

 Naturalmente se trata de una propuesta interesante por muchos aspectos: implementar estructuras con un máximo de volumen y un mínimo de materiales, reduciendo drásticamente los costos de lanzamiento es una ecuación costo-beneficio a tener en cuenta. Si bien no hay lanzadores pesados disponibles, es claro que la puesta en órbita de cargas pesadas es un problema tecnológicamente resuelto, por lo menos desde el punto de vista histórico. Por el contrario, el problema de poner en órbita estructuras de volumen máximo no ha sido resuelto aún, y si bien hay límites fisicos, esas estructuras prometen ser una solución óptima.

La reducción de los costos está asociada a una estructura más simple pero también al uso de lanzadores con capacidad de lanzamiento mediano e inclusive pequeño. Todo cierra en plena época de minimalismo tecnológico forzado y de miras de horizontes acordes a estos desafíos.

El aspecto polémico es el de la seguridad de estos módulos, en un ambiente natural y artificialmente hóstil. Los micrometeoroides, y el polvo espacial son la principal amenaza. También lo son la creciente cantidad de basura espacial producida como consecuencia de la exploración humana y sus crecientes riesgos. Pero, existe toda una serie de peligros asociados a situaciones no necesariamente accidentales: las tareas de maniobra y acomplamiento implican toda una serie de riesgos a considerar.

El futuro de la exploración espacial tripulada para la NASA está en un claro entredicho, y si bien no hay muchas respuestas en estos momentos, es destacable que se propongan soluciones innovadoras a viejos problemas. La idea es vieja, claro está, pero la escala del desafío hace de esta propuesta un nuevo campo de desarrollo.

Es de destacar que la protección de la ISS contra micrometeoros está en la agenda de Roscosmos y la NASA, y que las soluciones propuestas son muy costosas y complejas. El tiempo dirá en que queda este concepto. Está mas que claro el mismo plantea un desafío minimalista a la NASA y que en este caso concreto, los límites vienen impuestos por la imaginación y la capacidad de adaptar una visión estratégica de corto alcanze a un desafío de primer orden, como lo es, continuar la exploración espacial tripulada. Esperemos no llevarnos más decepciones en este campo.





              





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