Noticias del Apollo 17: Carbono en la Luna

 


    Espectro Raman de las muestras recogidas por el Apollo 17. Carnegie.




 Científicos del Carnegie Institution for Science han reportado el descubrimiento de carbono en la superfice de la Luna bajo la forma de filamentos de grafito. La noticia es extremadamente importante desde el punto de vista de la astrobiología, y las teorías sobre el origen de la vida en el sistema solar. Lo llamativo es que este hallazgo se produjo analizando una muestra de roca traída a la Tierra por la misión Apollo 17, la última de las misiones tripuladas de la NASA. Nuestro satélite natural no ha dejado de ofrecernos descubrimientos sorprendentes, como el hallazgo de hielo en su superficie. En este caso se confirma la existencia de carbono, elemento fundamental para las moléculas orgánicas que componen a los seres vivos.



Las imágenes A y B son de microscopio de luz visible. B es una ampliación de A. La imagen C es el espectro Raman que indica la existencia de carbono.



 Andrew Stele, responsable de esta investigación, estima que la presencia de carbono está asociada a los impactos recibidos por la Luna, y la Tierra, en el período conocido como bombardeo primordial, en el que el sistema Luna-Tierra recibió una serie de impactos de gran importancia, en un período de 4300 y 3800 millones de años. Es probable incluso que estos impactos pudieran haber truncado el desarrollo de formas primitivas en la Tierra, que tenía formado su sistema de océanos. Un impacto como los estimados debería haber generado nubes de vapor y roca a temperaturas incompatibles con la vida.

 La Luna es un fiel testigo de estos procesos, que como consecuencia de la actividad geológica de la Tierra son muy difíciles de investigar. Se estima que hubo 15 impactos de objetos mayores a los 100 km de diámetro durante el bombardeo primordial.

A este conjunto de impactos esta asociado el descubrimiento de estos supuestos filamentos de carbono, encontrados en muestras recogidas en el Mare Serenitatis, en el cráter Littrow. Es necesario confirmar que estos filamentos no fueron producidos por contaminación de la muestra, o como consecuencia de su manipulación en los estudios realizados. De todas maneras su presencia es consistente con las teorías manejadas: estos filamentos o bien fueron transportados en esa forma por los objetos que impactaron o bien se produjeron como consecuencia de la condensación de los gases de carbono presente en los mismos.

 La temperatura que se produjo como consecuencia del choque es del orden de la necesaria para obtener esta forma del carbono: aproximadamente entre 1200 y 4000º Kelvin.

 Estos hallazgos se producen debido al avance en las técnicas de análisis. En este caso se trató de estudios de espectroscopia Raman, que no se habían realizado antes en estas muestras que fueron tomadas en 1972.

 No deja de ser una vuelta de tuerca interesante este nuevo hallazgo: el Apollo 17 fue la única misión lunar en transportar un científico a la Luna; Harrison H. Schmitt, quien tuvo un papel muy activo en la designación del lugar de alunizaje durante la planificación de la misión, y en el entrenamiento de los astronautas que alunizaran antes que el.

La NASA debería aprender de su glorioso pasado, inspirarse en el, y replantear su proyección en los próximos años: la apuesta por la exploración espacial tripulada, la ambición de objetivos, y sobretodo la ciencia de punta han dado las respuestas mas que suficientes a aquellos que siempre cuestionaron la necesidad de los programas espaciales.



  Fuentes: Universe Today.

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